Dentro de los actos organizados para la semana del matrimonio, desde el Secretariado de Familia y Vida hemos preparado esta ruta romántico-lúdica para los matrimonios.

Va orientada a todos los matrimonios, llevéis pocos o muchos años de relación conyugal.

Durante el tiempo que lleváis casados habrán surgido algunos desencuentros: “la crisis de los comienzos”, cuando hay que aprender a compatibilizar las diferencias; la crisis de la llegada del hijo, con sus nuevos desafíos; crisis debidas a la monotonía, a la rutina, a problemas de salud, de trabajo; la crisis del “nido vacío”, la vejez…Refrescar esos compromisos en un entorno de encuentro mutuo, de cariño y escucha, será, sin duda, una experiencia que los reforzará y alentará para seguir adelante con ilusión.

Queremos aprovechar el calor del matrimonio y quizá, también, de una experiencia de encuentro con otras parejas, como una ventana de oportunidad para reavivar los rescoldos de vuestro amor y de la fe que pudiera haberse apagado con el trascurso del tiempo.

Orientación del encuentro

La experiencia no se plantea como un retiro ni como una vigilia. Se trata de ofrecer una “experiencia” que tenga elementos de reflexión personal, de conversación en pareja, pero también elementos lúdicos.

Ese conjunto de actividades, encadenadas entre sí, pretenden conducir suavemente a un espacio en el que la pareja se confronte con su experiencia matrimonial y también con su experiencia como creyentes, creando las condiciones propicias para que se despierte en ellos el deseo de dar pasos de crecimiento como matrimonio y como familia cristiana.

Ruta romántica

Desde los jardines del seminario diocesano comenzamos nuestra ruta realizando un paseo, recorriendo algunos lugares especiales. En cada uno de los lugares elegidos se dará una pequeña explicación sobre el lugar y, al hilo de ella, se lanzarán algunas preguntas que ayuden a hacer una revisión de la vida en común. Es muy importante subrayar que lo esencial es hablar entre la pareja, con sinceridad, que los guías irán dando pautas, evitando conversar con otras parejas y manteniendo una cierta separación durante el paseo para preservar el espacio de intimidad durante el diálogo en pareja. Una vez terminado el paseo, volveremos al mismo lugar de salida donde ya compartiremos experiencias y festejaremos la ruta con un momento lúdico de convivencia.