Acercarnos a la festividad del 1 de mayo en el contexto del Año Jubilar tiene para los creyentes un significado especial, que nos impulsa a vivir de un modo celebrativo y comprometido la FIESTA DEL TRABAJO y nos sitúa en una clave de ESPERANZA.
Las personas jóvenes viven un contexto social muy distinto al de generaciones pasadas. Empiezan a trabajar más tarde debido a las exigencias de un mercado laboral que demanda una cualificación cada vez más elevada y mayor experiencia previa. A ello, se suman los prejuicios sociales que encasillan a los jóvenes como una generación inconstante, poco comprometida e irresponsable. Cuando finalmente consiguen entrar en el mercado laboral, las nuevas generaciones se encuentran con que en muchos casos el trabajo ya no es garantía de autonomía o independencia.
Algunos datos que nos hacen pensar:
- La tasa de paro juvenil se situó en el 23,6% en 2024. (EPA)
- Tres de cada 10 personas jóvenes en España se encuentran en riesgo de pobreza. (Consejo de Juventud de España – CJE)
- Una persona joven en La Rioja tiene que destinar hoy el 76% de su salario para poder alquilar una vivienda en solitario. (Observatorio de Emancipación de la Juventud de España 2025)
Al Papa Francisco le preocupaba también esta situación, tanto de quienes ven pasar los años con la sensación de que nunca alcanzarán la meta deseada por «contratos de duración determinada, empleos tan cortos que te impiden planificar tu vida, bajos ingresos y escasa protección…» como de aquellos que se enfrentan a un trabajo “mercantilizado” con «una presión constante, ritmos forzados, estrés que provoca ansiedad, espacio relacional cada vez más sacrificado en nombre del beneficio a toda costa.»
Para Iglesia por el Trabajo Decente (ITD), su magisterio fue una guía firme en defensa del trabajo decente como expresión de dignidad y justicia social. “El trabajo da dignidad”, recordaba, denunciando las condiciones que la niegan. Por eso, denunciamos las crecientes dificultades que enfrentan las personas jóvenes, donde aspectos como la hiperformación, el inicio tardío en el empleo o la precariedad, además de lastrar su futuro, afecta profundamente su salud mental y emocional.
Así, unidos al pensamiento de Francisco, que insistía en que “la esperanza no defrauda”, mantenemos la convicción de que «La esperanza, de hecho, no es optimismo que depende de las circunstancias, sino confianza que se engendra a través de la construcción comprometida y participativa del bien común. El trabajo, por tanto, es el protagonista de la esperanza, es la forma de sentirse activos en el bien como servidores de la comunidad, porque ocuparse de los demás es la mejor manera de no preocuparse por cosas inútiles.» (Mensaje del Papa Francisco a los participantes en ‘LaborDì’, diciembre de 2023)
Y, promovemos la construcción entre todos, de generar espacios y entornos, donde juntos podamos reflexionar sobre la realidad actual, buscando un mayor compromiso en favorecer el cuidado de las personas trabajadoras, promoviendo políticas que permitan responder a las necesidades de las personas y no solo de la economía.
Por ello, os esperamos el martes 29 de abril a las 18:30h en la Biblioteca Rafael Azcona para compartir a través de los personajes de la película una realidad laboral concreta, dónde es necesario que el trabajo no sea un instrumento de alienación, sino de esperanza y vida nueva.