El Papa Francisco ha hecho un llamamiento a creyentes y no creyentes a unirse en oración por la paz en Ucrania el próximo miércoles de ceniza, día 2 de marzo, exhortando a todas las partes implicadas en la crisis a que “hagan un examen de conciencia ante Dios” y se “abstengan de acciones que provoquen más sufrimiento a la población ucraniana.
Toda nuestra Diócesis se une a esta llamada del Papa a rezar incesantemente para que cese la guerra de Rusia contra Ucrania, a la vez que alzamos nuestra voz para que los dirigentes políticos hagan un serio examen de conciencia ante Dios, que es Dios de la paz y no de la guerra, que quiere que todos seamos hermanos y no enemigos.
Desde la Iglesia siempre hemos condenado la crueldad de la guerra. Todos los conflictos bélicos generan víctimas, destrucción y heridas entre los pueblos muy difíciles de cicatrizar. Nada se pierde con la paz; todo puede perderse con la guerra. Así se ha demostrado en las últimas guerras mundiales del siglo XX, y en todos los conflictos internacionales donde han muerto miles de seres humanos, sin lograr ningún avance justo para la humanidad. Invoquemos la paz en Ucrania, nunca más los unos contra los otros, que los dirigentes declinen su afán desmedido de poder y eviten una nueva derrota de la humanidad.
Texto íntegro del llamamiento del Papa por la paz en Ucrania
«Tengo un gran dolor en el corazón por el empeoramiento de la situación en Ucrania. A pesar de los esfuerzos diplomáticos de las últimas semanas se están abriendo escenarios cada vez más alarmantes. Al igual que yo, mucha gente en todo el mundo está sintiendo angustia y preocupación. Una vez más la paz de todos está amenazada por los intereses de las partes. Quisiera hacer un llamamiento a quienes tienen responsabilidades políticas, para que hagan un serio examen de conciencia delante de Dios, que es Dios de la paz y no de la guerra; que es Padre de todos, no solo de algunos, que nos quiere hermanos y no enemigos. Pido a todas las partes implicadas que se abstengan de toda acción que provoque aún más sufrimiento a las poblaciones, desestabilizando la convivencia entre las naciones y desacreditando el derecho internacional.
Y quisiera hacer un llamamiento a todos, creyentes y no creyentes. Jesús nos ha enseñado que a la insensatez diabólica de la violencia se responde con las armas de Dios, con la oración y el ayuno. Invito a todos a hacer del próximo 2 de marzo, Miércoles de Ceniza, una Jornada de ayuno por la paz. Animo de forma especial a los creyentes para que en ese día se dediquen intensamente a la oración y al ayuno. Que la Reina de la paz preserve al mundo de la locura de la guerra».