Manos Unidas: “El efecto ser humano.La única especie capaz de cambiar el planeta”
En uno de los últimos documentos del Papa Francisco titulado Laudate Deum (“Alabad
a Dios”) se ha vuelto a incidir en la urgencia de reaccionar frente al calentamiento
global del planeta, cuyos efectos son devastadores y pueden agravarse mucho más.
A pesar de que hay sectores en la sociedad y en la propia Iglesia que minusvaloran
esta problemática o la ridiculizan, el tono que se desprende de la mencionada exhortación apostólica es de verdadera preocupación teniendo en cuenta los datos que barajan la mayoría de los científicos dedicados al estudio del clima.
La emisión de gases de efecto invernadero, causante del incremento galopante de la
temperatura global, debe ser frenada por medio de acuerdos internacionales que
permitan el empleo de recursos energéticos más respetuosos con el medio ambiente,
en un proceso de transición que no debe retrasarse.
Desde luego no podrá decirse que el Papa no ha hablado claro en este tema que es
capital para el desarrollo sostenible de los pueblos, especialmente aquellos más
afectados por el cambio climático, siendo por otra parte, los que menos intervienen en
la generación del problema.
El documento antes citado apela a la colaboración de los católicos y la de los
creyentes en otras religiones para actuar con responsabilidad en este terreno donde
nos jugamos tanto de cara al futuro de nuestra casa común. En los últimos párrafos de su reflexión afirma: “El esfuerzo de los hogares por contaminar menos, reducir los desperdicios, consumir con prudencia, va creando una nueva cultura. Este solo hecho
de modificar los hábitos personales, familiares y comunitarios alimenta la preocupación frente a las responsabilidades incumplidas de los sectores políticos y la indignación ante el desinterés de los poderosos. Advirtamos entonces que, aun cuando esto no produce de inmediato un efecto muy notable desde el punto de vista cuantitativo, sí colabora para gestar grandes procesos de transformación que operan desde las profundidades de la sociedad” (LD 71).
Estas indicaciones del Santo Padre son las que recoge la campaña de este año de Manos Unidas (Organización No Gubernamental para el Desarrollo –ONGD- de la Iglesia Católica española y Asociación Pública de Fieles erigida por la Conferencia Episcopal).
«El Efecto Ser Humano» que es como se ha titulado esta campaña en su 65º edición,
pretende señalar el doble impacto que puede generar el hombre en su forma de situarse ante el medio ambiente. Si por una parte es causante de su deterioro a través de una actividad irresponsable, también es capaz de reaccionar ante la degradación acelerada que estamos observando.
Muchos de los proyectos de desarrollo que financia Manos Unidas tratan de mitigar
los efectos nocivos del cambio climático facilitando el empleo de energías renovables,
la construcción de infraestructuras, reforestaciones, diversificación de cultivos, mejoras en el suministro de agua, situaciones de emergencia ante desastres naturales, etc., además de otros muchos orientados a la educación, empleo, salud, etc., cuyas cifras hablan por sí mismas. Según los datos del 2022, se contabilizaron 488 proyectos financiados en 55 países de América, África y Asia, por valor de más de 41 millones de euros, lo que ha permitido que una gran variedad de realidades de Iglesia, congregaciones masculinas y femeninas, sacerdotes diocesanos y otras entidades civiles, sigan trabajando en su compromiso por la dignidad de la persona conforme al Evangelio, en lugares que carecen de lo más necesario.
Como Consiliario Nacional de Manos Unidas, nombrado el pasado mes de junio por la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española, les agradezco su colaboración en esta Jornada y a lo largo del año para que, fiel a sus orígenes, se siga
contribuyendo a frenar la desigualdad en el mundo.
+ SANTOS MONTOYA TORRES
Obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño
11 de febrero de 2024