Del 17 al 24 de septiembre, Pastoral Penitenciaria celebra su semana preparatoria para la Fiesta de Nuestra Señora de la Merced. Con el jubileo del año 2025 como eje central, El Papa nos propone “mirar el mundo con esperanza” desde la perspectiva del Evangelio. Los miembros de Pastoral Penitenciaria tienen la tarea de llenar de esperanza ese vacío tan destructor, a todos los niveles, que sufren nuestros hermanos privados de libertad.
Este Año Jubilar de la Esperanza es para los miembros de esta pastoral una oportunidad de cara a alumbrar alternativas, propuestas, acciones y líneas pastorales que nos lleven a llenar el corazón de cada persona privada de libertad durante ese “peregrinar” en el tiempo del cumplimiento de su condena, y que suponga trazar caminos de esperanza en la reconstrucción de su vida ética, moral y de fe, así como el de la reafirmación de su vida familiar y social. Se trata de animar y estimular a que cada una de ellas sienta la necesidad de rehacer su vida, sus principios y valores, y que renazca en su interior la necesidad de estar “abrazado a la esperanza” como motor que le impulse a proyectar su vida hacia la libertad verdadera.
Es muy necesario mantenernos vinculados con la esperanza, pues de ella nos nutrimos, y con ella vivimos por la fuerza de la fe y del amor en Cristo resucitado. También es importante que, desde la Pastoral Penitenciaria, ejerzamos esa influencia positiva con propuestas y sugerencias factibles a la Institución Penitenciaria de cara a que se vayan abriendo para los internos e internas aquellas puertas, que permanecen aún cerradas o semiabiertas, tales como la dotación de Equipos de profesionales para llenar el vacío existencial que supone la eterna inacción en la prisión, con programas educativos, culturales, terapéuticos, formación profesional, atención especial a los enfermos mentales, etc.; así como medidas alternativas que favorezcan sobremanera la disminución de la permanencia en prisión, la concesión de permisos y terceros grados, la integración laboral y social, etc.
El Papa nos insta a favorecer el establecimiento de una “alianza social para la esperanza, quesea inclusiva y no ideológica”. Desde esta Semana de Pastoral Penitenciaria, preparatoria para la Fiesta de Nuestra Madre de la Merced, vamos a ir abriendo caminos de Esperanza que nos lleven a adentrarnos en el corazón de nuestra Iglesia y de la conciencia de los cristianos para conseguir que todos abramos nuestros corazones y podamos acompañar a nuestros hermanos privados de libertad en su proceso de vivir su presente y de mirar su futuro con esperanza, siempre “abrazados a la esperanza que nunca defrauda” sabiendo que en esa lucha hay muchos pies que les acompañan, muchas manos que les abrazan y muchos corazones que les aman.