«Cuidad de los mares; cuidad de sus gentes» es el lema con el que la Iglesia celebra el Día de las gentes del mar 2024. Esta jornada se celebra cada año el 16 de julio, coincidiendo con la fiesta de su patrona, la Virgen del Carmen.
¿Cuál es el mensaje del obispo promotor?
El obispo promotor del Apostolado del Mar, Mons. Luis Quinteiro Fiuza, argumenta en su mensaje a qué responde el lema de este año, «Cuidad de los mares; cuidad de sus gentes»: “En el contexto actual de graves problemas medioambientales y de una persistente falta de consideración por las necesidades y los derechos de la gente de mar, especialmente en algunos países, María nos llama a cuidar de los mares y a cuidar de sus gentes. La contaminación de los mares es un problema acuciante, la asistencia a la gente de mar una demanda constante. Por eso, «hay que cuidar de ellos»».
Mons. Quinteiro se apoya en los datos de la ONU que señalan que cada año entran en el océano ocho millones de toneladas de plástico “matando la vida marina y amenazando la cadena alimentaria humana”. Es, pues, “de suma urgencia que todos seamos conscientes de que debemos cuidar de los mares, tan importantes para nuestra economía y nuestra subsistencia en general”.
También quiere poner un “énfasis especial en el cuidado de la gente del mar, de aquellos que con su trabajo hacen posible tanto la pesca como el transporte de la mayor parte de mercancías que consumimos en todo el mundo».
El prelado trae a su mensaje las reflexiones sobre la importancia que el sector marítimo tiene para la vida humana del observador permanente de la Santa Sede ante la FAO, el FIDA y el PMA, Mons. Fernando Chica Arellano, con motivo del Día Mundial de la Pesca, el 21 de noviembre de 2023. La primera imagen que destacó es la del «puerto» como «lugar de refugio para desembarcar en caso de tormenta», lugar «desde donde se zarpa para descubrir lo nuevo» y como lugar «de encuentro, de espera, de asesoramiento e información».
También puntualizó que, cada vez en mayor grado, los puertos son focos multiculturales de intercambio y diálogo, «donde las relaciones humanas y comerciales contribuyen al crecimiento económico y social de un país, así como a la seguridad alimentaria». Además, Monseñor Arellano recordaba que el papa Francisco ha subrayado sin rodeos «la necesidad de una conversión ecológica» que obligue moralmente, incluso antes que legalmente, «a implementar todas aquellas medidas que la comunidad internacional ha ido negociando con el tiempo y adoptando para que la protección de las personas y el medioambiente se sitúe en el centro de la actividad pesquera».
Stella Maris, explica Mons. Quinteiro, se plantea como tarea urgente su presencia en todos los puertos y lugares de la costa. Y hace una llamada “a todos los sacerdotes, diáconos, religiosos, religiosas, voluntarios y voluntarias para que se esfuercen en atenderlos humana y espiritualmente”.
Además, invita “a alzar su voz reclamando que se incremente el bienestar de la gente de mar en los puertos y a bordo de los barcos. A la vez que exhorta, “a las autoridades civiles nacionales e internacionales para emplear todos los medios humanos y económicos en la preservación de los mares”.
“Confiamos en que esta jornada festiva de nuestra patrona la Virgen del Carmen sea una ocasión para meditar sobre la importancia de cuidar de los mares y de sus gentes”, concluye el mensaje.
En datos
La Iglesia Católica presta su asistencia a la gente del mar a través de Stella Maris, Apostolado del Mar. Su objetivo es ofrecer al marino “un hogar lejos del hogar” y atenderles en sus necesidades sociales, culturales, laborales y espirituales. Además de la atención a sus familias, especialmente en el caso de poblaciones marineras.
Una de las actividades principales es la visita a los barcos durante el tiempo que están en puerto. Se contacta con las tripulaciones para ponerse a su disposición y saber sus necesidades.
En los puertos pesqueros se presta atención a los pescadores y sus familias.