«Libres de elegir si migrar o quedarse» es el lema de la Jornada Mundial del Migrante y del refugiado 2023, que la Iglesia celebra el próximo 24 de septiembre. Los obispos de la Subcomisión Episcopal para las Migraciones y Movilidad Humana abordan este año en su mensaje las causas del aumento de los flujos migratorios en todo el mundo. Ponen el foco sobre las condiciones necesarias que posibiliten a las personas ejercer en libertad su derecho a migrar o quedarse en sus países de origen. Por ello, reflexionan en la necesidad de promover el derecho a no migrar de forma segura y seguir trabajando «para hacer que nuestras comunidades sean cada vez más inclusivas».
El mensaje de los obispos para esta Jornada, en sintonía con las reflexiones del Papa Francisco, explica que los migrantes escapan de sus lugares de origen debido a la pobreza, al miedo o la desesperación. Subrayan que el planeta está debilitado por la excesiva explotación de sus recursos y desgastado por decenios de contaminación, con la consecuencia de que la desigualdad está creciendo cada vez más.
Afirman que «como Iglesia, nos duelen estas heridas que afectan a tantas personas y hermanos nuestros y nos preguntamos qué estamos haciendo o qué debemos dejar de hacer para garantizar un desarrollo humano integral y sostenible para las próximas generaciones en todo el planeta».
Por ello, indican, en primer lugar, que «si las personas han de ser libres para elegir si migrar o quedarse en su tierra, es necesario garantizar condiciones de bienestar en las zonas de origen de los flujos migratorios». Tanto en sus países de origen como en los de acogida «los agentes sociales deberían realizar un mayor esfuerzo para poner fin a las injusticias económicas». Además, apelan «a la responsabilidad de sus gobernantes, llamados a ejercitar la buena política, transparente, honesta, con amplitud de miras y al servicio de todos, especialmente de los más vulnerables».
En este sentido, hacen una llamada de atención: también se ha de garantizar que esa decisión de migrar o quedarse «sea informada y ponderada, para evitar que tantos hombres, mujeres y niños sean víctimas de ilusiones peligrosas o de traficantes sin escrúpulos».
En esta línea, explican que el Departamento de Migraciones trabaja en un proyecto internacional junto a las diócesis concernidas por la ruta atlántica en África y Europa para promover una Guía de hospitalidad internacional y campañas de información en los países de origen o de tránsito.