El pasado sábado 15 de marzo tuvo lugar la peregrinación a Javier que se realiza todos los años al Castillo de Javier, cuna de San Francisco. Desde la Rioja partieron 7 autobuses. Algunos de ellos, comenzaron la peregrinación desde Izco, otros desde Foz de Lumbier y las familias con niños desde Sangüesa.
La peregrinación estuvo encabezada por nuestro obispo don Santos Montoya. Una vez en Javier, tuvo lugar la celebración de la Santa Misa, presidida por el Arzobispo don Florencio Roselló, quien estuvo acompañado en el altar por el obispo de Tarazona, Mons. Vicente Rebollo, y por Mons. Santos.
Durante la homilía don Florencio hizo un llamamiento a acoger a todos, recordando que “en nuestra iglesia caben todos, todos, todos. También en Javier caben todos. Todos somos bien recibidos, los brazos de San Francisco Javier nos abrazan, nos acogen. Con estos brazos abiertos, con esta cara de bondad y recibimiento, nos sentimos en casa. No pregunta, no cuestiona, abraza y acoge”. Afirmó que “San Francisco Javier convoca, llama y nos presenta a Jesús transfigurado, a Jesús entregado en la cruz del castillo de Javier, a un Jesús sonriente. En Javier me reconcilio con el Señor, le presento mi vida, mi historia, en la confesión, en la eucaristía”. Antes de finalizar, don Florencio quiso recordar a los casi quinientos misioneros navarros que “como San Francisco Javier, han salido de Navarra para llevar el evangelio a muchos rincones del mundo”.
En las peticiones se pidió por el Papa, por los gobernantes, por los misioneros para que, animados por la fuerza del Espíritu Santo, sigan entregando su vida por el Evangelio, para que crezcan las vocaciones al sacerdocio, a la vida religiosa y al matrimonio, para que finalicen las guerras y por todos los que han peregrinado hasta Javier.