Los obispos de la Subcomisión Episcopal para las Migraciones y la Movilidad Humana queremos hacer nuestra la Nota Una luz de esperanza para los menores migrantes, que en el día de hoy han emitido nuestros hermanos de las dos diócesis de las Islas Canarias. También nosotros, junto con las entidades de Iglesia que trabajan con y para los niños, niñas, adolescentes y jóvenes migrantes, subrayamos que su protección e integración es un deber ante las leyes españolas y europeas y un bien moral que todo católico ha de promover.
Con los obispos de Canarias, esperamos que el diálogo y las iniciativas entre las diferentes administraciones públicas competentes, converjan en materializar la urgente solidaridad interterritorial acompañada de un modelo de acogida integral destinado a capacitar y favorecer la integración social de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes migrantes, así como de una interacción positiva con el entorno social donde sean acogidos.
Seguimos creyendo que necesitamos fomentar una cultura del encuentro que nos ayude a crecer como humanidad. Con el papa Francisco pensamos que “se necesita, por parte de todos, un cambio de actitud hacia los inmigrantes y refugiados, el paso de una actitud defensiva y recelosa, de desinterés o de marginación, a una actitud que ponga como fundamento la “cultura del encuentro”, la única capaz de construir un mundo más justo y fraterno, un mundo mejor” (Mensaje Jornada del Migrante y Refugiado 2014). Invitamos a nuestras comunidades cristianas a fomentar con gestos concretos este espíritu para que el Evangelio siga resonando hoy como buena noticia en medio de nuestro mundo que tanto necesita de esperanza. «El que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, no me recibe a mí sino a Aquel que me ha enviado» (Mc 9, 37).