Bienvenido, D. Santos. Bienvenido a esta Iglesia de La Rioja, a esta Diócesis de Calahorra y La Calzada – Logroño, que lo recibe con la alegría exultante del pueblo que se encuentra con su guía, de la grey que lo acoge con el gozo entrañable de los hijos e hijas que abrazan de corazón a su Padre y Pastor.
Han sido meses de espera, de espera esperanzada, confiada y orante, en la seguridad de que el amor del Padre, su bondad infinita, nos traerían en el momento más propicio a nuestro nuevo Obispo.
No nos equivocábamos. El Papa Francisco ha tenido a bien nombrarlo a Ud. D. Santos Obispo de nuestra Iglesia Diocesana para regirla – regir es servir- en el nombre del Padre, cuya providencia creadora Ud. transparenta; en el nombre de Jesucristo, cuya misión de maestro, sacerdote y pastor Ud. continúa; en el nombre del Espíritu Santo, cuya llama reaviva y enardece.
Agradecemos al Padre su amor a nuestra tierra. Y a Ud., D. Santos, su alegre aceptación sin condiciones de esta humilde porción del Pueblo de Dios, a la que ahora se entrega como esposo y hermano, como fiel mensajero de la fe y la esperanza, como testigo animoso, insobornable de la justicia y de la caridad.
Qué hermoso ministerio el suyo: ser presencia del Siervo de los Siervos, testigo del Señor resucitado; ser voz de su Palabra, de su amor entrañado y entrañable; pasar haciendo el bien, curando con ternura al oprimido, levantando del polvo al marginado, aliviando al que sufre. Que no hay esclavitud que no redima la gracia del Bautismo, flaqueza que no encuentre fortaleza en el Pan de la Vida, desánimo que no halle impulso nuevo en la misericordia y el perdón.
Qué hermoso ministerio: mostrar la entraña viva, el corazón del Padre, dar la vida por todos, de manera especial por los más pobres, desentrañar lo santo que palpita en todo ser humano. ¿No es la mejor manera de enseñar, de regir, santificar?
Cuente, D. Santos, con nuestro más profundo afecto, con nuestra oración y comunión más firme, nuestra fidelidad y colaboración más estrecha. Los cristianos y cristianas de la Rioja, con todos nuestros valores y carismas, celebramos y agradecemos su venida, dispuestos a seguir haciendo juntos el camino de fe, la ruta de la historia tal como Dios la quiere, cuidando nuestra casa común, saliendo juntos a abrazar a los hermanos más lejanos, evangelizando juntos, y festejando juntos el amor infinito de Dios. ¿Hay sinodalidad más eclesial?
Los Santos Emeterio y Celedonio, Santo Domingo de La Calzada y nuestra Madre y Patrona de La Rioja, la Virgen de Valvanera, que alumbra cada día a Jesús en nuestra tierra, lo bendigan y colmen de su amor y su gracia.
Un abrazo.
Vicente Robredo
Administrador Diocesano
Muchas gracias por su disponibilidad y servicio a la Iglesia riojana, cuente con nuestra oración.